lunes, diciembre 29, 2025

Lo más leído

Atlantis The Royal: el hotel de Palm Jumeirah donde una noche cuesta lo mismo que un coche nuevo

Aterrizar en los Emiratos Árabes implica aceptar que la desmesura es la norma, pero el Atlantis The Royal ha llevado ese concepto a una dimensión desconocida hasta ahora. Es fascinante comprobar cómo el lujo asiático se fusiona con la vanguardia en un edificio que parece desafiar las leyes de la física y del sentido común económico. Caminar por su vestíbulo es entender que aquí no se alquilan habitaciones, sino estatus social en estado puro.

No es solo un alojamiento para dormir, sino una declaración de intenciones hecha hormigón y cristal donde cada detalle está pensado para abrumar los sentidos del huésped. Resulta difícil creer que una sola noche cueste más que un piso en la periferia, pero la realidad dentro de sus muros supera cualquier expectativa que pudieras traer de casa. Todo en el Atlantis The Royal grita exclusividad a los cuatro vientos.

UN DISEÑO QUE DESAFÍA LA GRAVEDAD EN PALM JUMEIRAH

La estructura del complejo rompe con la estética tradicional de los rascacielos monolíticos que pueblan el horizonte de Dubái, apostando por una forma deconstruida que recuerda al famoso juego del Jenga. Los arquitectos lograron que los bloques parezcan flotar en el aire gracias a un diseño escalonado que permite la entrada de luz y aire a través del edificio. Esta disposición no es caprichosa, sino que busca maximizar las vistas al mar desde cualquier ángulo posible.

Al observarlo desde la distancia, el Atlantis The Royal se impone como una puerta gigantesca entre el desierto y el océano, conectando dos torres mediante un puente aéreo vertiginoso. La sensación al mirarlo es que la ingeniería ha superado a la imaginación, creando siluetas que cambian radicalmente según la hora del día y la incidencia del sol. Es, sin duda, la nueva postal que todo turista busca capturar en Palm Jumeirah.

LA HABITACIÓN DE LOS CIEN MIL DÓLARES

La joya de la corona se llama «Royal Mansion», una suite de dos plantas y cuatro habitaciones que se ha convertido en la obsesión de la élite mundial. Pagar su precio implica que el coste equivale a un coche de gama alta, rondando los 100.000 dólares por una única velada entre sus sábanas de hilo egipcio. No es solo el espacio, es la certeza de que nadie en el planeta está durmiendo mejor que tú esa noche.

Dentro de este santuario privado de más de mil metros cuadrados, los huéspedes disponen de mayordomo personal las 24 horas y una entrada privada para evitar miradas indiscretas. Sorprende descubrir que hasta los cepillos de dientes son de oro, un detalle que ilustra perfectamente el nivel de extravagancia que se respira en cada rincón de la estancia. En el Atlantis The Royal, el exceso no es un defecto, es la marca de la casa.

EL CAPRICHO MILLONARIO DE UNA INAUGURACIÓN HISTÓRICA

Para entender la magnitud de este proyecto, basta con rebobinar hasta su fiesta de apertura, un evento que paralizó el mundo del entretenimiento global en enero de 2023. La dirección decidió que Beyoncé fuera la madrina de honor, pagándole la friolera de 24 millones de dólares por un concierto privado de apenas una hora de duración. Aquella noche, el hotel dejó claro que no venía a competir, sino a reinar.

La repercusión mediática fue tan brutal que las reservas se dispararon incluso antes de que el público general pudiera poner un pie en el mármol del lobby. Fue una maniobra maestra donde el marketing se disfrazó de espectáculo, posicionando al Atlantis The Royal como el objeto de deseo inmediato para influencers y magnates. Desde entonces, su nombre es sinónimo de la aspiración máxima en el turismo de lujo.

UN MAPA GASTRONÓMICO DENTRO DE UN HOTEL

La oferta culinaria del resort es tan vasta que un huésped podría pasar dos semanas sin repetir restaurante y comiendo siempre con el sello de una estrella Michelin. El complejo ha reunido a los chefs más mediáticos del planeta, como José Andrés, Heston Blumenthal o Gastón Acurio, bajo el mismo techo. Es un parque de atracciones para el paladar donde la tarjeta de crédito echa humo con gusto.

Cenar aquí es viajar por el mundo sin salir de la isla artificial de Palm Jumeirah, pasando de las tapas españolas de vanguardia a la alta cocina peruana en cuestión de pasos. Lo mejor es que cada restaurante tiene su propia identidad, diseñada para que olvides que estás dentro de un hotel y te sientas en el centro de Londres o Lima. El Atlantis The Royal ha convertido la comida en una experiencia inmersiva.

NADAR ENTRE LAS NUBES DEL DESIERTO

Si hay un lugar que compite en espectacularidad con la fachada, ese es «Cloud 22», la piscina infinita situada en el piso 22 que ofrece una panorámica impagable del skyline de la ciudad. Bañarse allí arriba provoca que el horizonte se funda con el agua, creando una ilusión óptica donde parece que estás nadando directamente hacia el cielo de los Emiratos. Es el punto de encuentro social donde ver y ser visto.

El acceso a esta zona exclusiva suele estar restringido, lo que añade un aura de misterio y deseo para quienes se alojan en las habitaciones estándar o visitan el hotel solo por unas horas. La experiencia final confirma que el dinero sí puede comprar momentos mágicos, al menos cuando se invierte en un atardecer desde las alturas del Atlantis The Royal. Quizás sea un espejismo de lujo, pero es uno del que nadie quiere despertar.

Artículos Populares